Las luces de la ciudad,
y la noche que la
envuelve,
me dicen que tú no
estás.
Tras cada visión
lejana,
luminosa ensoñación,
te busco entre sombras
yo.
Gentes en la lejanía
y entre ellas no
estarás tú;
y busco otra vez tu luz
entre esta niebla
cerrada,
entre estrellas
apagadas,
y no hallo tu alma de amigo
en cada alma y cada
rostro
que al acercar
desconozco.
Las luces cada vez más
y más lejos y el
recuerdo
que se acrecienta de
nuevo…
Las luces de la
ciudad,
no me dicen que tú estás…
¡Gritan que siempre
estarás!
A ti, amigo, esperando que algún día regreses.