Ángel que me envuelves en el vértigo
de tu mirada cadente de cielos
lejanos,
ángel que me abrazas con tu
silencio,
a la vez que rodeas mi alma
con tus alas de sueños y brumas.
Ángel, que en tus ojos llevas
impresa mi vida,
y en tu indiferencia arrastras mi
muerte.
Ángel, mi amor por ti irá contigo en
tu eternidad,
porque aunque la tierra consuma este
corazón
que hoy se quiebra al pensarte,
aunque el mundo se detenga
como hoy se detiene al saber que tu
luz
será el Edén al que yo nunca
llegaré,
aunque el sol se rompa y el viento
dejé de soplar,
yo sé que hay ángeles que llevan la
eternidad
asida a sus almas de acordes
lejanos,
yo sé que hay ángeles desde que te
vi.