Como el río sus aguas agitando
llega a la eternidad
del ancho mar,
mi vida entre las ramas y las piedras
hacia ese extenso mar
también huirá.
Y entre las dos orillas
llevaré
un amor que jamás
descansará,
un amor que mi espíritu
desborda
y que no deja a mi razón
pensar.
En su irrealidad y el
inconsciente
todos los pensamientos
barrerá
porque de sentimientos sólo
entiende
la locura que busca tu
mirar.
Seguirá su febril carrera el
río,
como yo seguiré rumbo hacia
el mar,
y en el lejano abismo de los
tiempos,
aún allí, mi amor te
esperará.
Macarena Díaz Monrové
No hay comentarios:
Publicar un comentario