lunes, 22 de diciembre de 2014

Gustavo Adolfo Bécquer

Un día como hoy de 1870 hubo un eclipse total de sol en Sevilla, aquella fría mañana la luz se convirtió en oscuridad, en sombra, en tristeza, porque la voz de un poeta se había callado... Pero la voz de un poeta, en realidad, nunca muere, porque su alma se queda en sus escritos, acariciando el alma de todos los que lo escuchan a través del tiempo...
Gustavo, tú siempre estás aquí entre todos nosotros, tú siempre estás en mí, siento tu alma viva acariciando la mía, con tus poemas, tus narraciones, con tus escritos, con tu sentimiento, que traspasa las lindes de la muerte, de la vida, de la distancia, del tiempo, del viento y de la niebla...
Hoy, Gustavo, más que nunca, vives junto a todos los que en este día te recordamos...




No hay comentarios:

Publicar un comentario