De la palidez de tu silencio,
del insomnio de tus labios,
del desorden de tu recuerdo,
de la angustia de tu misterio,
me he enamorado
de tu infierno…
Y en esta condena
arde la tinta de mis versos
con el fuego
que avivan tus fatuos ojos,
y en la noche
la luna grita tu nombre
entre el viento que se frena ante tu ventana,
y que es de la oscuridad tu desvelo .
Del aroma de tus letras,
de la luz de tu alma,
de la calma de tu locura,
del sabor de tus sueños,
me he enamorado
de tu cielo…
Macarena Díaz Monrové ©
Tus poemas enamoran. Sientan muy bien a quienes nos gusta envolvernos en esa niebla que a veces es sudario que calma la locura y otras es hoja blanca donde el alma vierte su negrura.
ResponderEliminarHay que leer tu libro en la Glorieta de Bécquer para disfrutarlo plenamente, y dejar allí algún ejemplar. A lo mejor entre la niebla el mármol se camufla y alguna de sus figuras lee tus versos.
Un abrazo Macarena, sigue así.
Me ha emocionado tu comentario, Martín, es de los comentarios más hermosos que me han escrito, gracias de corazón, palabras como las tuyas son las que hacen seguir adelante con los sueños, con la poesía. Recibe un fuerte abrazo:
ResponderEliminarMacarena