Un día te
encontré en mi vida,
pero tu luz
deslumbró mi ciega mirada
y no te vi.
Un día se
cruzaron nuestros caminos
pero desvié mis
pies fuera de la senda
y no te vi.
Un día tu
calidez me abrazó,
pero mis ojos se habían helado de invierno
y no te vi.
Un día que el
frío de mí se perdió,
un día que al
fin encontré mi camino
y mis ojos se
adaptaron a tu luz,
un día que mi
alma buscó la tuya
tu ausencia se
cernió sobre mí
con el peso de
mil mares de olvido
y no te vi…
Macarena Díaz Monrové
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