Esperanza es una de las palabras más bellas que existen. Gracias a ella podemos sentir como posible lo que deseamos, es la luz que nos ilumina cuando tenemos alguna tristeza, porque ella siempre está para tendernos su mano, para hacer que nuestros sueños alguna vez se conviertan en realidad o queden con la bella ilusión de la imaginación.
La esperanza es ese sentimiento al que nos acogemos con toda la emoción que nos da el tener una estrella que cuida por nuestros anhelos.
Esperanza es también tu nombre, amiga mía, y tú con tu amistad eres la personificación de todo lo que significa la esperanza. Tú con tu luz siempre iluminas a todas las personas que te conocemos, ya que en tu alegría, en tu sonrisa y en tu mirada vemos esa estrella que irradia confianza y bondad.
Esperanza, amiga, te voy a contar una historia:
En el jardín de las más bellas flores, un día un susurro de una tormenta lejana llegó. Quiso con el aleteo de sus suspiros invisibles, acercarse a la más querida rosa del jardín, la de las verdes hojas tan luminosas como su nombre...
Pero los árboles abrieron sus ramas para que ni tan siquiera la rozara; las enredaderas le tejieron un manto de encaje y las demás flores la protegieron con sus pétalos de flor. Y ahí estaba ella luchando con su dulzura, con toda la belleza de su bondad, y con toda la fuerza de su gran personalidad. Al verla en toda su plenitud, el susurro huyó y ya nunca más volvió a escucharse los suspiros de aquella tormenta lejana.
Espe, amiga, tú eres esa flor, y los demás del jardín, tu familia y tus amigos que tanto te queremos. Pronto saldrás de todo esto, victoriosa ante ese susurro lejano que rápido se perderá.
Espe, ponte bien pronto.
De tu amiga:
Macarena
