miércoles, 22 de noviembre de 2017

Fantasma de piedra y noche

De entre la niebla tú emerges,
fantasma de piedra y noche,
en tus pupilas me miro,
sombra que de tul te envuelves.
Y alígeras se disuelven
esas notas de tu nombre
en un lejano susurro
de melodía solemne.
Tu visión se desvanece,
huye, vuela, se evapora…
pero un hilo de luz queda
que a ti me ata y me retiene.
Es un espectro silente
tu ya inquietante recuerdo.
Cuando parezco olvidarte
raudo surge y me estremece.
Tú que ante mí te apareces,
imagen gris, ven y quédate…
¡Que tu aparición es lo único
de él, que a mí me pertenece!
Macarena Díaz Monrové ©


domingo, 19 de noviembre de 2017

Qué lejos...

Qué lejos está de mí…
Tanto como la felicidad…
Qué lejos su mundo, sus ilusiones,
sus sueños, ya siempre lejos de mí…
Qué lejos y qué adentro este dolor
de saber que pese a todo,
nuestras tercas almas son solo una…
Viento, tú que acaricias sus mañanas,
cuida de sus manos de libertad,
de sus ojos como el mar rompiendo en el cielo,
de sus labios de ansia y locura,
cuida de sus pasos y su camino,
cuida de su fantasía, de su vida,
cuida de su alma que lleva a su lado
también la mía…                           
y haz que nunca me olvide…
Cuida, viento, de quien es todo para mí…