Gustavo Adolfo Bécquer

Un día como hoy de 1870 hubo un eclipse total de sol en Sevilla, aquella fría mañana la luz se convirtió en oscuridad, en sombra, en tristeza, porque la voz de un poeta se había callado... Pero la voz de un poeta, en realidad, nunca muere, porque su alma se queda en sus escritos, acariciando el alma de todos los que lo escuchan a través del tiempo...
Gustavo, tú siempre estás aquí entre todos nosotros, tú siempre estás en mí, siento tu alma viva acariciando la mía, con tus poemas, tus narraciones, con tus escritos, con tu sentimiento, que traspasa las lindes de la muerte, de la vida, de la distancia, del tiempo, del viento y de la niebla...
Hoy, Gustavo, más que nunca, vives junto a todos los que en este día te recordamos...

ENTRE TUS BRAZOS

Solo quiero descansar

entre tus brazos,

solo quiero vivir

entre tus brazos…

Sueño con ese día

en el que las nieblas

vespertinas

al fin te traigan

junto a mí…

Sueño son tu voz,

nostalgia de hojas

cayendo en el arrullo del invierno…

Y solo llevo sombras

guardadas en mis bolsillos,

lágrimas que se envuelven

con las nubes de tu despedida.

Solo quiero dejar  

abandonada la nostalgia

entre tus brazos,

solo quiero olvidar

que un día te perdí…

Solo quiero volver

a ser ave volando a través del infinito…

Solo quiero volver

 a soñar, a sonreír,

a sentirme viva

entre tus brazos…

Macarena Díaz Monrové

Firma de mi libro "Poemas"

El día 21 de este mes de diciembre estaré firmando mi libro "Poemas" en la feria del libro de Dos Hermanas en la caseta de la biblioteca de 12:30 a 14:00 horas. Allí os espero, ¡gracias!

Entrevista en "La senda de las palabras"

En este número de la revista literaria "La senda de las palabras" que dirige Gabriel Gil aparece una entrevista que Gabriel me ha realizado:

http://issuu.com/gabriel43/docs/la_senda_8__#signin

El recuerdo

De nubes, viento y tiempo

está construido el recuerdo,

porque su locura es la parte del pasado

que se hace presente cuandolas nubes llueven su silencio

entre los latidos acelerados del sentimiento…

Cuando el viento de hojas secas

levanta una alfombra ocre y añeja por cielo,

hay almas que vuelven allí

 donde la tristeza o la alegría 

vertieron su veneno eterno…

Hay recuerdos que vuelven a matar 

con su aguda daga de infierno, 

por más que pase el tiempo arrastrado 

por las nubes y el viento…

Macarena Díaz Monrové ©

Quien hiere a un poeta...

Quien hiere a un poeta hiere

a la luna que lo cobija entre su luz

por sus sombras opacada…

Quien hiere a un poeta hiere

a la niebla que se posa sobre su alma

como un pañuelo de grises alas

que resguarda sus lágrimas.

Quien hiere a un poeta hiere

a las mañanas, a las noches,

a la tierra y a los mares.

Quien hiere a un poeta hiere

a los ojos que lo leen

con el fiero dolor que emana de las palabras

y de su espíritu lejano

entre la necesidad de evasión

de un sentimiento que atosiga y que quema

si está rodeado de la soledad necesaria

y temida de la escritura.

Quien hiere a un poeta

hiere a la poesía, pero a la vez la alimenta…

Quien hiere a un poeta,

hiere de muerte al hombre o mujer que hay

detrás de él,

mientras al poeta le muestra la senda

de la infernal y febril inspiración…

Quien hiere a un poeta

no sabe que más que herir… ha destrozado

al alma de quien

todas las noches entre luna, hojas y tinta

se pregunta si tanto dolor merece la pena… 

Macarena Díaz Monrové 

Un año desde la presentación de "Entre la niebla".

Hoy hace un año ya de esta imagen, de la presentación de mi libro "Entre la niebla", y siempre estaré agradecida a ti, amiga, Pilar Alcalá, que me presentaste el libro con tan bellísimas palabras que nunca olvidaré... Todavía recuerdo los nervios que pasé ese día, y siempre se me vendrá a la memoria y sobre todo al corazón el momento más lindo de aquel día, cuando mi sobrina Claudia, con ocho años, recitó el último poema del libro cerrando tan bellamente la presentación.
Desde entonces un balance muy positivo, porque gracias a la publicación de mi libro hice mi sueño realidad, las nieblas dejaron paso a mucha luz, a muchas verdades. Y ahora puedo decir que no hay nada como publicar un libro, vaya o no sobre la niebla, para despejar precisamente la niebla Todo valió la pena y sobre todo la alegría de lograr ver en un libro mis poemas. Y aquí sigo con más ilusión todavía por seguir escribiendo y por seguir publicando.