miércoles, 9 de septiembre de 2020

Qué lejos...


Qué lejos…

Qué lejos está de mí…

Tanto como la felicidad…

Qué lejos su mundo, sus ilusiones,

sus sueños, ya siempre lejos de mí…

Qué lejos y qué adentro este dolor

de saber que pese a todo,

nuestras tercas almas son solo una…

Viento, tú que acaricias sus mañanas,

cuida de sus manos de libertad,

de sus ojos como el mar rompiendo en el cielo,

de sus labios de ansia y locura,

cuida de sus pasos y su camino,

cuida de su fantasía, de su vida,

cuida de su alma que lleva a su lado

también la mía…

y haz que nunca me olvide…

Cuida, viento, de quien es todo para mí… 


Macarena Díaz Monrové



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